En la carrera por la globalización, la transformación digital y la competitividad, cada vez son más las empresas que se han puesto la camiseta de la flexibilidad. Las empresas globales trabajan con equipos distribuidos por todo el mundo, con diferentes usos horarios; o en el mismo país, pero con profesionales de diferentes procedencias, creencias y culturas. La flexibilidad horaria, la posibilidad de teletrabajar y la capacidad de adaptarse a estas realidades, conforman un modelo de empresa flexible.
La transformación digital impulsa a las empresas a integrar en sus organizaciones las nuevas tecnologías, renovando los procesos, actualizando los procedimientos y tecnificando los trabajos, con el reto de retener a los mayores de 45 años que tienen el conocimiento de la organización y atraer a las jóvenes generaciones. Un modelo flexible que ayuda a conciliar las responsabilidades familiares con el trabajo, fomenta la maternidad y la paternidad, y facilita disponer de tiempo para formación, voluntariado, practicar deporte o disfrutar de tiempo con la familia, es esencial para generar ese avance.
Y para conseguir la competitividad basada en ratios de productividad, eficiencia e innovación es fundamental generar un entorno en el que el talento pueda desarrollarse a máximo, trabajando con metodologías agile y en el que la creatividad fluya sin el encorsetamiento de los despachos o los rígidos controles horarios.
Desde CVA estamos convencidas de que esto es posible. Y por eso, hemos puesto en marcha una nueva edición de los Premios Empresa Flexible. Una nueva oportunidad para seguir avanzando en la construcción de la empresa y la sociedad de un futuro que ya está aquí.